MEDITAR CON EL TAROT
Todos buscamos la felicidad. Hay quienes saltan de una relación a otra con la esperanza de encontrarla.
Hay quienes se rodean de bienes materiales y quienes intentan encontrar la felicidad ayudando a los necesitados. Ninguna de estas alternativas es, en sí misma, equivocada, pero no nos darán lo que en el fondo estamos buscando. Nos angustiamos cuando la relación en torno a la cual hemos basado nuestra vida se vuelve superflua. Nos sentimos abatidos y perdidos cuando nuestros servicios en un trabajo dado han concluido y nos enfrentamos al despido. Cuando los amigos, los hijos, etc., se van experimentamos casi un proceso de duelo.
El Tarot nos enseña que existe una sensación de felicidad duradera que todo el mundo puede alcanzar. La finalidad del Tarot no es —y nunca ha sido— pronosticar posibles desenlaces de situaciones reales, sino mostrar cómo cada persona puede vivir una vida más satisfactoria sin importar que, por ejemplo, trabaje sesenta horas a la semana, críe sola a sus hijos o viva en una gran ciudad.
Al practicar la sabiduría del Tarot aprenderemos a ser felices en casi todas las situaciones, incluso en aquellas que nuestra mente juzga difíciles o intolerables. El fundamento del Tarot muestra que es posible dejar a un lado el miedo, la angustia y la cólera y, a través del desarrollo y la realización personales, resolver las contradicciones internas para alcanzar un estado de serenidad en la vida cotidiana.
En la meditación dirigimos conscientemente nuestros procesos mentales de un estado a otro, por ejemplo, del deseo al amor. Existen muchas formas de meditar. Una de ellas consiste en mirar fijamente un objeto, ya sea de nuestro cuerpo o ajeno a él, para meditar sobre un problema personal. Esta técnica pretende arrancar los estratos del mundo exterior despertando un nivel de conciencia muy sutil. Siga su propio ritmo y no intente ajustarse a normas acerca de lo que «debería» experimentar a medida que ahonda en la meditación.
Ésta no es más que una orientación general. A medida que «profundice» en la meditación, descubrirá —sin saber cómo— qué debe hacer.
Una vez que haya elegido el elemento sobre el que desea meditar, elija el palo adecuado y escoja la carta o las cartas pertinentes. Por ejemplo, si cree que hay poco amor en su vida, elija el As de Copas y/o el Dos de Copas. Coloque las cartas erguidas sobre la mesa o la repisa de la chimenea, frente a usted, y deje que su mente deambule por las imágenes que muestran. No busque resultados «inmediatos». Contemple relajadamente las imágenes. Con el tiempo, absorberá las enseñanzas y los consejos que las cartas le brindan. Poco a poco, atraerá hacia su vida justamente aquello que echa de menos. Otro ejemplo es el trabajo. Si no encuentra la clase de trabajo ideal para usted, seleccione, por ejemplo, el As de Oros. Coloque la carta erguida sobre la mesa, frente a usted. No tiene que contemplarla, sino simplemente dejarla sola, permitiendo que adquiera vida. Puede tenerla expuesta durante varios días, semanas o incluso meses. Con el tiempo, se convertirá en un foco para su mente y poco a poco usted arrastrará hacia su vida el tipo de trabajo que le conviene. Es posible que llegue por algún encuentro fortuito o bien porque la propia vida lo impulse a tomar una nueva dirección.
QUÉ HACER
Siéntese con la baraja en la mano y pase las cartas con rapidez. Deténgase en un naipe que le atraiga, ya sea por el dibujo o porque siente el deseo de explorar su ámbito de experiencia. Coloque la carta sobre la mesa, frente a usted.
Si lo desea, puede explorar tres o incluso cuatro cartas al mismo tiempo. Dispóngalas en fila sobre la mesa, con un objeto detrás para mantenerlas erguidas. Si quiere, puede encender una vela a ambos lados de la hilera y/o poner una música de fondo suave y sugerente.
Pregúntese por qué desea explorar el terreno que sugieren los naipes que ha elegido. Examine los pensamientos que comienzan a fluir por su mente. No los juzgue, no se aferré a ellos, pero tampoco los arrincone.
Ahora, respire profundamente y deje que los pulmones actúen como una bomba de succión. Inspire paz (el color azul) y espire tensión (el color rojo). De esta forma se estabilizará durante el tiempo que lleve la meditación.
Si desea analizar un tema concreto, enfoque su mente directamente hacia ese tema, de modo que forme literalmente un solo cuerpo con su propia experiencia. Deje que la escena que muestra la carta represente un punto crítico importante en su vida. Contemple toda su experiencia personal en relación con la situación que aparece en la carta. Concéntrese visualmente en lo que la carta le muestra. Tal vez exhiba «una escena dentro de otra escena», que revele algo de su significado más íntimo. En cierto momento, es posible que perciba en la carta algo muy diferente de lo que la vista alcanza a ver, lo cual es bastante «normal»: está experimentando la apertura de un estado de conciencia más profundo. Es posible que al principio no sea capaz de dar sentido a las imágenes, pero a medida que se suceden las sesiones de meditación, descubrirá que su nueva visión espiritual adquiere forma. Un recién nacido no puede distinguir las cosas que ve hasta que transcurre cierto tiempo. Nosotros tropezamos con iguales limitaciones en cuanto a nuestra visión espiritual o «psíquica».
Antes de comenzar la sesión, es importante que lea y comprenda el significado de las cartas. De lo contrario, podría salirse por una tangente que nada tenga que ver con la simbología real de la carta.
Llegado cierto punto puede, si lo desea, cerrar los ojos, si bien sólo usted decide cómo dirigir sus sesiones. Con todo, es preferible no consultar libro alguno, ni siquiera éste, hasta que la sesión haya concluido. Ante todo, evite crearse ideas preconcebidas sobre cómo debería transcurrir la sesión, qué debería sentir o qué debería obtener de ella.
Cada vez que inicia una sesión y «penetra» en una de las cartas, está creando una energía sumamente positiva y aumentando su nivel de conciencia. Es importante trasladar esta energía al mundo «real» para que salga algo «realmente» bueno de ella. Esta energía pasa del estado meditativo a la esfera de la actividad cotidiana a medida que usted regresa de la meditación a su marco mental «normal». Si finaliza la sesión con un estado mental irritado o la ejecuta precipitadamente, buena parte de la energía positiva se perderá.
Antes de terminar, dedique unos minutos a recordar las razones que lo llevan a practicar la meditación y luego dirija su energía al cumplimiento de esos objetivos. De esta forma se asegurará de que ocurra tal dedicación a esos objetivos y comenzará a sentir los beneficios reales y positivos de su trabajo.
También es importante trasladar los frutos de la meditación a la vida cotidiana.
A medida que avance en su sesiones de meditación, adquiera una mayor conciencia de sus reacciones impulsivas y, en lugar de seguir ciegamente sus pensamientos y sentimientos, observe su mente, sea consciente e intente enfrentarse a las situaciones con la máxima habilidad. Si consigue hacerlo, estará demostrando el éxito de su meditación sobre el Tarot y evolucionando positivamente.
Durante la meditación, su mente tenderá a pasar de una cosa a otra sin una secuencia lógica. Así funciona el inconsciente: a partir de asociaciones. Unas veces se emocionará y su mente volará sobre centenares de recuerdos olvidados, concibiendo nuevas ideas, deseos, pensamientos, revoluciones, planes, aspiraciones, etc. Otras veces, la meditación sacará a relucir imágenes muy agradables, mientras que otras mostrará cosas que tiene reprimidas, remembranzas que no desea afrontar y experiencias que ha intentado expulsar de la mente. También las experiencias «malas» ayudan a curar. Es preciso que la experiencia negativa aflore a la superficie para que sea totalmente expiada. Todos hemos tenido experiencias con las cuales, inconscientemente, hacemos pequeños nudos que mantenemos por debajo del nivel de conciencia. Sin embargo, esas experiencias deben salir a la superficie, y así lo harán, como pequeñas burbujas, para desaparecer definitivamente cuando regresen al nivel de conciencia por última vez. Trabajando de esta forma, descubrirá que el Tarot es un remedio sumamente eficaz, un proceso terapéutico que nada tiene que envidiar a otros métodos. Por muy dolorosa que resulte la meditación, llévela hasta el final: es preferible soltar algunas lágrimas que arrastrar toda esa carga durante los próximos veinte años.
La visualización es otro método excelente. Imagine que una luz de color azul claro entra en su cabeza, desciende por el abdomen y sale por los pies. Concéntrese en esta experiencia e imagine que su cuerpo es un recipiente vacío.
Si se descubre rodeado de imágenes o sensaciones extrañas, no se preocupe, son reacciones normales de la mente para adaptarse a la nueva actividad meditativa que usted ha emprendido. No hay razón para alarmarse. Todo lo que tiene que hacer es observar las emociones o imágenes que se suceden alrededor, sin intentar retenerlas ni apartarlas. Con el tiempo, se desmaterializarán voluntariamente. Si una experiencia concreta dura demasiado tiempo o aparece con regularidad, lo más conveniente es abandonar la meditación hasta que las cosas se calmen.
Algunas personas creen que no pueden meditar o que nada ocurre mientras lo hacen. Si éste es su caso, acepte que necesitará más tiempo para salir de sus viejos patrones mentales y que los cambios positivos tal vez ocurran más lentamente al principio, mientras se llevan a cabo en un plano más básico. Cuanto más profundo sea el nivel del cambio, más tardará en hacerse perceptible.
En ocasiones, la persona que medita sobre el Tarot siente que su mente está, de hecho, más obstruida que al principio. (Se asemeja al proceso de lavar la ropa: para limpiarla, primero ha de estar sucia. Durante el lavado el agua se ennegrece y cuesta creer que el resultado vaya a ser un montón de ropa impoluta. Sin embargo, el lavado es parte del ciclo natural de la purificación: una vez sometida al aclarado final, la ropa aparece nuevamente limpia y ordenada.) Cuando mis alumnos se lamentan, les pido que tengan paciencia; lo mismo le digo ahora a usted. Se precisan grandes dosis de paciencia y perseverancia.
CÓMO DESARROLLAR EL SENTIDO DE LA PERSPECTIVA
Seleccione una carta que represente cómo habría sido su vida si hubiese sido un animal o alguien controlado por los demás, víctima del hambre, la sed y el miedo a morir. Déjese «llevar» por la carta, mire alrededor y observe qué sucede. ¿Qué ruidos oye? ¿Qué siente bajo los pies? ¿Hace frío o calor?
Una vez dentro de la carta, imagine que es un mendigo. Véase en un régimen totalmente represivo, donde cada uno de sus movimientos es censurado y donde cada día desaparece alguno de sus mejores amigos o seres más queridos. Adquiera «solidez» dentro de la carta e imagine que sufre una terrible enfermedad que le provoca un dolor implacable.
Aprenda a apreciar las cosas positivas de su vida.
El siguiente paso consiste en observar qué oportunidades tiene de vivir una vida plena y satisfactoria. Perciba las limitaciones de una vida basada únicamente en metas materiales. Examine detalladamente qué clase de amor y de amistad podrían I leñar su vida. Si cree que a su vida le iría bien una mejora en el plano material, imagine dónde le gustaría vivir (esto es, en qué país), en qué tipo de casa y entorno. Deje que su mente se concentre en visual ¡zar tales imágenes. Tal vez ignore la forma en que éstas comenzarían a manifestarse en su vida, pero eso, en cierto modo, no tiene importancia. El universo material es como la arcilla: se moldea en torno a nuestros pensamientos, de modo que lo primero que se necesita es una visión. Si la gente no es capaz de vislumbrar una opción personal de futuro, no podrá caminar hacia ella.
Examine todos estos aspectos detenidamente, sin prisas. Usted posee en su interior un poder mucho mayor del que imagina. ¿Cómo puede pensar siquiera que no tendrá éxito?
La tremenda energía y la enorme sensación de poder que obtendrá de la meditación le serán muy útiles si, ante todo, las pone al servicio del bienestar de todos y no sólo del suyo propio.
LA MEDITACIÓN CON EL TAROT EN CONFLICTOS DE AMISTAD
Elija tres cartas de la baraja: la primera para un amigo, la segunda para un «enemigo» —o alguien que le inspire sentimientos negativos— y la tercera para alguien que le sugiera sentimientos totalmente neutros. Quizá en este tipo de meditación se sienta atraído
por las figuras de la corte o tal vez intuya que hay otras cartas que encarnan mejor a cada uno de los personajes.
Coloque las tres cartas frente a usted.
Ahora observe la carta que representa a su enemigo. Imagine que la persona que está dentro de la carta es un hombre o una mujer que le ha hecho daño. Sienta la rabia que se apodera de usted. ¿Qué suceso podría convertir a esta persona en un amigo? Viva conscientemente sus sentimientos.
Seguidamente, contemple la carta que representa al extraño e imagine que está dentro de ella. Observe sus sentimientos hacia él. ¿Qué situación podría convertir a esta persona en un amigo o enemigo? Observe cuan frágiles son las relaciones y sus sentimientos hacia este personaje.
Ahora, examine la carta que ha elegido para representar a su amigo. Imagínelo dentro del naipe. Recuerde que hubo un tiempo antes de que conociera a esta persona. Admita que este amigo podría seguir otro camino en la vida. Todas las amistades viven en un estado de fluctuación. ¿Qué suceso podría convertir a esta persona en su enemigo?
Ahora regrese a la carta que encama a su enemigo. Aprenda a sentir de forma diferente hacia él. Admita que un solo gesto amable podría convertir a esta persona en algo muy diferente de lo que para usted ha sido hasta ahora.
Deje que el rostro y los rasgos de los tres personajes se hagan más perceptibles. Piense que cada uno de ellos puede representar a las tres personas que su mente ha seleccionado y que las tres buscan la felicidad personal. Es natural que nos sintamos más unidos a unas personas que a otras, pero acepte que ninguna de ellas pertenece invariablemente a una categoría, a menos que nosotros así lo decidamos.
Articulo ofrecido en... http://www.microcaos.net/paranormal/meditar-con-el-tarot/
Todos buscamos la felicidad. Hay quienes saltan de una relación a otra con la esperanza de encontrarla.
Hay quienes se rodean de bienes materiales y quienes intentan encontrar la felicidad ayudando a los necesitados. Ninguna de estas alternativas es, en sí misma, equivocada, pero no nos darán lo que en el fondo estamos buscando. Nos angustiamos cuando la relación en torno a la cual hemos basado nuestra vida se vuelve superflua. Nos sentimos abatidos y perdidos cuando nuestros servicios en un trabajo dado han concluido y nos enfrentamos al despido. Cuando los amigos, los hijos, etc., se van experimentamos casi un proceso de duelo.
El Tarot nos enseña que existe una sensación de felicidad duradera que todo el mundo puede alcanzar. La finalidad del Tarot no es —y nunca ha sido— pronosticar posibles desenlaces de situaciones reales, sino mostrar cómo cada persona puede vivir una vida más satisfactoria sin importar que, por ejemplo, trabaje sesenta horas a la semana, críe sola a sus hijos o viva en una gran ciudad.
Al practicar la sabiduría del Tarot aprenderemos a ser felices en casi todas las situaciones, incluso en aquellas que nuestra mente juzga difíciles o intolerables. El fundamento del Tarot muestra que es posible dejar a un lado el miedo, la angustia y la cólera y, a través del desarrollo y la realización personales, resolver las contradicciones internas para alcanzar un estado de serenidad en la vida cotidiana.
En la meditación dirigimos conscientemente nuestros procesos mentales de un estado a otro, por ejemplo, del deseo al amor. Existen muchas formas de meditar. Una de ellas consiste en mirar fijamente un objeto, ya sea de nuestro cuerpo o ajeno a él, para meditar sobre un problema personal. Esta técnica pretende arrancar los estratos del mundo exterior despertando un nivel de conciencia muy sutil. Siga su propio ritmo y no intente ajustarse a normas acerca de lo que «debería» experimentar a medida que ahonda en la meditación.
Ésta no es más que una orientación general. A medida que «profundice» en la meditación, descubrirá —sin saber cómo— qué debe hacer.
Una vez que haya elegido el elemento sobre el que desea meditar, elija el palo adecuado y escoja la carta o las cartas pertinentes. Por ejemplo, si cree que hay poco amor en su vida, elija el As de Copas y/o el Dos de Copas. Coloque las cartas erguidas sobre la mesa o la repisa de la chimenea, frente a usted, y deje que su mente deambule por las imágenes que muestran. No busque resultados «inmediatos». Contemple relajadamente las imágenes. Con el tiempo, absorberá las enseñanzas y los consejos que las cartas le brindan. Poco a poco, atraerá hacia su vida justamente aquello que echa de menos. Otro ejemplo es el trabajo. Si no encuentra la clase de trabajo ideal para usted, seleccione, por ejemplo, el As de Oros. Coloque la carta erguida sobre la mesa, frente a usted. No tiene que contemplarla, sino simplemente dejarla sola, permitiendo que adquiera vida. Puede tenerla expuesta durante varios días, semanas o incluso meses. Con el tiempo, se convertirá en un foco para su mente y poco a poco usted arrastrará hacia su vida el tipo de trabajo que le conviene. Es posible que llegue por algún encuentro fortuito o bien porque la propia vida lo impulse a tomar una nueva dirección.
QUÉ HACER
Siéntese con la baraja en la mano y pase las cartas con rapidez. Deténgase en un naipe que le atraiga, ya sea por el dibujo o porque siente el deseo de explorar su ámbito de experiencia. Coloque la carta sobre la mesa, frente a usted.
Si lo desea, puede explorar tres o incluso cuatro cartas al mismo tiempo. Dispóngalas en fila sobre la mesa, con un objeto detrás para mantenerlas erguidas. Si quiere, puede encender una vela a ambos lados de la hilera y/o poner una música de fondo suave y sugerente.
Pregúntese por qué desea explorar el terreno que sugieren los naipes que ha elegido. Examine los pensamientos que comienzan a fluir por su mente. No los juzgue, no se aferré a ellos, pero tampoco los arrincone.
Ahora, respire profundamente y deje que los pulmones actúen como una bomba de succión. Inspire paz (el color azul) y espire tensión (el color rojo). De esta forma se estabilizará durante el tiempo que lleve la meditación.
Si desea analizar un tema concreto, enfoque su mente directamente hacia ese tema, de modo que forme literalmente un solo cuerpo con su propia experiencia. Deje que la escena que muestra la carta represente un punto crítico importante en su vida. Contemple toda su experiencia personal en relación con la situación que aparece en la carta. Concéntrese visualmente en lo que la carta le muestra. Tal vez exhiba «una escena dentro de otra escena», que revele algo de su significado más íntimo. En cierto momento, es posible que perciba en la carta algo muy diferente de lo que la vista alcanza a ver, lo cual es bastante «normal»: está experimentando la apertura de un estado de conciencia más profundo. Es posible que al principio no sea capaz de dar sentido a las imágenes, pero a medida que se suceden las sesiones de meditación, descubrirá que su nueva visión espiritual adquiere forma. Un recién nacido no puede distinguir las cosas que ve hasta que transcurre cierto tiempo. Nosotros tropezamos con iguales limitaciones en cuanto a nuestra visión espiritual o «psíquica».
Antes de comenzar la sesión, es importante que lea y comprenda el significado de las cartas. De lo contrario, podría salirse por una tangente que nada tenga que ver con la simbología real de la carta.
Llegado cierto punto puede, si lo desea, cerrar los ojos, si bien sólo usted decide cómo dirigir sus sesiones. Con todo, es preferible no consultar libro alguno, ni siquiera éste, hasta que la sesión haya concluido. Ante todo, evite crearse ideas preconcebidas sobre cómo debería transcurrir la sesión, qué debería sentir o qué debería obtener de ella.
Cada vez que inicia una sesión y «penetra» en una de las cartas, está creando una energía sumamente positiva y aumentando su nivel de conciencia. Es importante trasladar esta energía al mundo «real» para que salga algo «realmente» bueno de ella. Esta energía pasa del estado meditativo a la esfera de la actividad cotidiana a medida que usted regresa de la meditación a su marco mental «normal». Si finaliza la sesión con un estado mental irritado o la ejecuta precipitadamente, buena parte de la energía positiva se perderá.
Antes de terminar, dedique unos minutos a recordar las razones que lo llevan a practicar la meditación y luego dirija su energía al cumplimiento de esos objetivos. De esta forma se asegurará de que ocurra tal dedicación a esos objetivos y comenzará a sentir los beneficios reales y positivos de su trabajo.
También es importante trasladar los frutos de la meditación a la vida cotidiana.
A medida que avance en su sesiones de meditación, adquiera una mayor conciencia de sus reacciones impulsivas y, en lugar de seguir ciegamente sus pensamientos y sentimientos, observe su mente, sea consciente e intente enfrentarse a las situaciones con la máxima habilidad. Si consigue hacerlo, estará demostrando el éxito de su meditación sobre el Tarot y evolucionando positivamente.
Durante la meditación, su mente tenderá a pasar de una cosa a otra sin una secuencia lógica. Así funciona el inconsciente: a partir de asociaciones. Unas veces se emocionará y su mente volará sobre centenares de recuerdos olvidados, concibiendo nuevas ideas, deseos, pensamientos, revoluciones, planes, aspiraciones, etc. Otras veces, la meditación sacará a relucir imágenes muy agradables, mientras que otras mostrará cosas que tiene reprimidas, remembranzas que no desea afrontar y experiencias que ha intentado expulsar de la mente. También las experiencias «malas» ayudan a curar. Es preciso que la experiencia negativa aflore a la superficie para que sea totalmente expiada. Todos hemos tenido experiencias con las cuales, inconscientemente, hacemos pequeños nudos que mantenemos por debajo del nivel de conciencia. Sin embargo, esas experiencias deben salir a la superficie, y así lo harán, como pequeñas burbujas, para desaparecer definitivamente cuando regresen al nivel de conciencia por última vez. Trabajando de esta forma, descubrirá que el Tarot es un remedio sumamente eficaz, un proceso terapéutico que nada tiene que envidiar a otros métodos. Por muy dolorosa que resulte la meditación, llévela hasta el final: es preferible soltar algunas lágrimas que arrastrar toda esa carga durante los próximos veinte años.
La visualización es otro método excelente. Imagine que una luz de color azul claro entra en su cabeza, desciende por el abdomen y sale por los pies. Concéntrese en esta experiencia e imagine que su cuerpo es un recipiente vacío.
Si se descubre rodeado de imágenes o sensaciones extrañas, no se preocupe, son reacciones normales de la mente para adaptarse a la nueva actividad meditativa que usted ha emprendido. No hay razón para alarmarse. Todo lo que tiene que hacer es observar las emociones o imágenes que se suceden alrededor, sin intentar retenerlas ni apartarlas. Con el tiempo, se desmaterializarán voluntariamente. Si una experiencia concreta dura demasiado tiempo o aparece con regularidad, lo más conveniente es abandonar la meditación hasta que las cosas se calmen.
Algunas personas creen que no pueden meditar o que nada ocurre mientras lo hacen. Si éste es su caso, acepte que necesitará más tiempo para salir de sus viejos patrones mentales y que los cambios positivos tal vez ocurran más lentamente al principio, mientras se llevan a cabo en un plano más básico. Cuanto más profundo sea el nivel del cambio, más tardará en hacerse perceptible.
En ocasiones, la persona que medita sobre el Tarot siente que su mente está, de hecho, más obstruida que al principio. (Se asemeja al proceso de lavar la ropa: para limpiarla, primero ha de estar sucia. Durante el lavado el agua se ennegrece y cuesta creer que el resultado vaya a ser un montón de ropa impoluta. Sin embargo, el lavado es parte del ciclo natural de la purificación: una vez sometida al aclarado final, la ropa aparece nuevamente limpia y ordenada.) Cuando mis alumnos se lamentan, les pido que tengan paciencia; lo mismo le digo ahora a usted. Se precisan grandes dosis de paciencia y perseverancia.
CÓMO DESARROLLAR EL SENTIDO DE LA PERSPECTIVA
Seleccione una carta que represente cómo habría sido su vida si hubiese sido un animal o alguien controlado por los demás, víctima del hambre, la sed y el miedo a morir. Déjese «llevar» por la carta, mire alrededor y observe qué sucede. ¿Qué ruidos oye? ¿Qué siente bajo los pies? ¿Hace frío o calor?
Una vez dentro de la carta, imagine que es un mendigo. Véase en un régimen totalmente represivo, donde cada uno de sus movimientos es censurado y donde cada día desaparece alguno de sus mejores amigos o seres más queridos. Adquiera «solidez» dentro de la carta e imagine que sufre una terrible enfermedad que le provoca un dolor implacable.
Aprenda a apreciar las cosas positivas de su vida.
El siguiente paso consiste en observar qué oportunidades tiene de vivir una vida plena y satisfactoria. Perciba las limitaciones de una vida basada únicamente en metas materiales. Examine detalladamente qué clase de amor y de amistad podrían I leñar su vida. Si cree que a su vida le iría bien una mejora en el plano material, imagine dónde le gustaría vivir (esto es, en qué país), en qué tipo de casa y entorno. Deje que su mente se concentre en visual ¡zar tales imágenes. Tal vez ignore la forma en que éstas comenzarían a manifestarse en su vida, pero eso, en cierto modo, no tiene importancia. El universo material es como la arcilla: se moldea en torno a nuestros pensamientos, de modo que lo primero que se necesita es una visión. Si la gente no es capaz de vislumbrar una opción personal de futuro, no podrá caminar hacia ella.
Examine todos estos aspectos detenidamente, sin prisas. Usted posee en su interior un poder mucho mayor del que imagina. ¿Cómo puede pensar siquiera que no tendrá éxito?
La tremenda energía y la enorme sensación de poder que obtendrá de la meditación le serán muy útiles si, ante todo, las pone al servicio del bienestar de todos y no sólo del suyo propio.
LA MEDITACIÓN CON EL TAROT EN CONFLICTOS DE AMISTAD
Elija tres cartas de la baraja: la primera para un amigo, la segunda para un «enemigo» —o alguien que le inspire sentimientos negativos— y la tercera para alguien que le sugiera sentimientos totalmente neutros. Quizá en este tipo de meditación se sienta atraído
por las figuras de la corte o tal vez intuya que hay otras cartas que encarnan mejor a cada uno de los personajes.
Coloque las tres cartas frente a usted.
Ahora observe la carta que representa a su enemigo. Imagine que la persona que está dentro de la carta es un hombre o una mujer que le ha hecho daño. Sienta la rabia que se apodera de usted. ¿Qué suceso podría convertir a esta persona en un amigo? Viva conscientemente sus sentimientos.
Seguidamente, contemple la carta que representa al extraño e imagine que está dentro de ella. Observe sus sentimientos hacia él. ¿Qué situación podría convertir a esta persona en un amigo o enemigo? Observe cuan frágiles son las relaciones y sus sentimientos hacia este personaje.
Ahora, examine la carta que ha elegido para representar a su amigo. Imagínelo dentro del naipe. Recuerde que hubo un tiempo antes de que conociera a esta persona. Admita que este amigo podría seguir otro camino en la vida. Todas las amistades viven en un estado de fluctuación. ¿Qué suceso podría convertir a esta persona en su enemigo?
Ahora regrese a la carta que encama a su enemigo. Aprenda a sentir de forma diferente hacia él. Admita que un solo gesto amable podría convertir a esta persona en algo muy diferente de lo que para usted ha sido hasta ahora.
Deje que el rostro y los rasgos de los tres personajes se hagan más perceptibles. Piense que cada uno de ellos puede representar a las tres personas que su mente ha seleccionado y que las tres buscan la felicidad personal. Es natural que nos sintamos más unidos a unas personas que a otras, pero acepte que ninguna de ellas pertenece invariablemente a una categoría, a menos que nosotros así lo decidamos.
Articulo ofrecido en... http://www.microcaos.net/paranormal/meditar-con-el-tarot/